Rafael Moreno Aranzadi, Pichichi, nació en Bilbao en el siglo XIX (1892), y jugó en el Athletic a partir de 1911.
Ganó cuatro copas de España, las de 1914, 15, 16 y 21.
El 21 de agosto de 1913 Pichichi fue el autor del primer golmarcado en el único campo que ha visto todas las ediciones de la Liga en Primera División, San Mamés.
Saltaba al campo con un pañuelo anudado en la cabeza.
El diario Marca puso su nombre al trofeo que se otorga al máximo goleador de la Liga.
En el descanso de los partidos cortejaba a la que acabaría siendo su mujer. Hay hasta un cuadro, de Emilio Arteta, que inmortalizó a Pichichi en uno de estos cortejos.
En el primer y fabuloso disco de Crosby, Stills & Nash, titulado igual que el grupo y publicado en 1969, se incluía esta suite, un compendio de ocho canciones enlazadas compuesta por Stephen Stills.
La canción iba dirigida a la novia de Stephen, Judy Collins (conocida por sus bonitos ojos azules), y a lo largo de la misma, plasmaba sus pensamientos acerca de ella y de su inminente ruptura.
Cuenta Stephen en una entrevista concedida en 2007 que Judy estaba con él en el estudio cuando se grabaron las maquetas. Ella le dijo «No te quedes en el estudio toda la noche, churri». Al parecer la ruptura era inminente. «Eramos muchos para una sola casa», comentó Stephen al entrevistador.
Bonitos ojos azules, ¿eh?
Collins y Stills se conocieron en el fantástico año de 1967 y comenzaron una relación que duró dos años. En 1969, mientras ella actuaba en el New York Shakespeare Festival, se enamoró de su compañero de reparto, Stacy Keach (¡¡¡Mike Hammer!!!). Abandonó a Stills por Keach, lo cual apesadumbró a Stephen, al punto de componer la canción para canalizar su tristeza (esto me ha quedao bien, ¿eh? Reconocédmelo)
En el 2000, Judy Collins dió sus impresiones acerca de la primera vez que oyó la canción:
«[Stephen] vino una noche cuando yo estaba actuandoen la costa oeste y se llevó su guitarra al hotel y me cantó “Suite: Judy Blue Eyes,” la canción entera (me dió la noche, vaya, con lo tranquilita que estaba yo…) (nota del autor). Y por supuesto que tiene líneas en las que habla de mi terapia. Así que el legado de nuestra relación es ciertamente esta canción.»
1. Alcázar (Ángel): Lateral y centrocampista del último Sporting glorioso: el de Luis Enrique, Juanele, Manjarín, Abelardo, Oscar… En este equipo jugará de portero.
2. Castillo (Ezequiel): Ha habido y habrá muchos Castillo en nuestro fútbol. Me quedo con Ezequiel, que jugó en el mejor Tenerife de la historia, procedente del Español.
Castillo
3. Palacios (César): Aunque hay varios Palacios, nos quedamos con el defensa navarro, que en 2004 se fue al Numancia.
4. Torres (Fernando): El único crack de la lista. Sí, ya es un crack, y se lo está ganando a pulso. Sería titular en cualquier equipo del mundo, ¿no?
5. Granero (Esteban): El "pirata" es un jugador de esos que gustan a la afición del Madrid, creo yo. Con casta y no exento de técnica. Por ahora disfrutan en Getafe de su juego.
Granero
6. Casas (Gastón): Este delantero argentino, de apariencia similar a Caniggia, ya se está convirtiendo en trotamundos de nuestro fútbol: Huelva, Elche, Cádiz, Córdoba.
7. Iglesias (Iván): Aunque tenía cara de no enterarse mucho de qué iba la película, es un centrocampista que a mí me gustaba. Quizá le faltaba carácter.
8. Villa (David): Curiosamente la pareja atacante titular de la selección está en esta alineación.
9. Molinos (Fernando): en la temprada 81/82 había un Molinos en la Liga, que lo tengo yo en mi álbum. Nació en Soria y jugó en el Español como defensa desde la 74/75.
10. Cortijo (Alfonso): Defensa fajador, duro y disciplinado, que defendió al Cádiz y al Sevilla. Actualmente creo que trabaja en el equipo técnico del Cadiz.
11. Cárcel (Enrique): Formado como centrocampista en la cantera del Barça, Cárcel juega actualmente en L’Hospitalet, tras pasar por el Cádiz hace unos años.
Proceden de Londres, son tres y mezclan bases electrónicas con pop, funk y chof. No me apasionan, pero este tema que os traigo hoy tiene una atmósfera que me gusta bastante. Y los coros del estribillo los podría haber cantado Marc Bolan en 1973.
¿Darán que hablar? Desde luego en su último trabajo, "Replica Sun Machine" está producido por uno de los gurús del momento, Danger Mouse, y además han colaborado gente de la talla de Van Dyke Parks o John Cale.
El otro día me vino a la cabeza algunos de los "juegos" con los que matábamos nuestros momentos de solaz, y con los que casi nos matábamos nosotros, cuando éramos niños.
En concreto, me asombro hoy día de las batallas "a pedrazos" entre nosotros. Bien por facciones, bien individualmente. Era lo más normal del mundo. Pero la verdad es que no sé cómo empezaba la cosa. Sólo recuerdo estar separados por decenas de metros de mis rivales, buscando piedras en el suelo y lanzándoselas, pero no para intimidar, sino apuntando a las cabezas. Solían ser en el recreo, o a la salida de clase. Pero a la salida de las 17:30. A las 13:30 siempre había un pacto de caballeros. Nadie debía irse a comer a casa abollado.
Ahora lo pienso y me dan escalofríos. Pero no creo que yo haya sido el único que hacía eso. Supongo que mis coetáneos también habrán lanzado piedras, piñas (las "bolichas" las mejores, o sea, la piña en fase embrionaria), y cualquier otro objeto arrojadizo con ánimo de hacer daño al contrario quien, a su vez, podría ser tu amigo del alma. Era una lucha entre caballeros.
Lo que no sé es si hoy en día se siguen celebrando estas "batallas" entre los púberes o ya se ha pasado todo a la Play, garantizando así la integridad física por un lado y aletargando la integridad mental por otro.
El amanecer en Nairn fue de los mejores. Solecito por la ventana, huevos revueltos con café y zumo para desayunar (esta vez desayunamos con 3 o 4 huéspedes más, y nosotros nos reíamos cada vez que ellos reían, como si lo entendiéramos todo). Nos despedimos de la señora con 20.000 «It’s ok, ok» (como el ministro Piqué cuando recibió a Bush en el aeropuerto. No éramos capaces de desengancharnos) , y ¡nos fuimos a la playa!. Claro que sí. En el norte de Escocia, en la playa, de paseo, tomando el sol.
Tras digerir el desayuno paseando por la playa, tocaba ver el Lago Ness y sus alrededores, pero antes, de camino, nos paramos a ver Cawdor Castle(8,90 £), un castillo muy bien cuidado y limpito, con jardines y flores. No lo recomiendo. Os compráis un ¡Hola! en el que salga alguna familia real y veréis algo parecido. Tras salir del castillo, cruzamos Inverness (lo que de noche era una ciudad ruidosa y normalita, de día y, sobre todo en las afueras, se dibujó como un pueblo precioso). Al salir del pueblo hice un amago de entrar en su cementerio (¿qué me ocurre, doctor?), pero decidimos pasar de largo, y comenzamos a bordear el Loch Ness. Que es un Loch como otro cualquiera. Tan sólo que lo han alimentado durante años con la leyenda inverosímil del monstruo para atraer al turismo. Que aprendan de nosotros. Sin florituras ni presunciones vanas, aquí tenemos al Chupacabras, por un tiempo limitado, pero real y tangible. Y disponible mientras tenga cuerda.
Pues eso, recorriendo el lago llegamos a (espera, a ver si lo digo bien) Drumnadrochit, con el objetivo de ver el Urqhuart Castle, un castillo de los que me gustan a mí, hecho polvo, justo al borde del lago. Allí tiene lugar el desenlace de la película de Billy Wilder «La vida privada de Sherlock Holmes», donde se ridiculiza un poco al mostruo y se desmitifica también a Holmes.
Después de eso, nos quedaba ir bajando, millas por delante, para ir cerrando el círculo del viaje. Stirlingera nuestro objetivo. Así que volvimos a Inverness y enfilamos la A9 cuesta abajo (jiju) y, tras pararnos a ver el Blair Castle desde fuera (un castillo blanco, bonito, muy cuidado pero bonito), llegamos a Stirling avanzada ya la tarde.
Desde la carretera el castillo de Stirling se dibujaba imponente (mañana lo veremos, si no es mu caro, jiju). Tras entrar en el pueblo y probar en varios B&B (algunos caros, otros no disponibles…), nos salimos un poco al exterior y, nos dirigimos a la zona del monumento a William Wallace, que se dibujaba imponente desde la carretera (mañana lo veremos, si no es mu caro, jiju). Ahí sí había variedad de B&B, y, en el primero que vimos «VACANCIES» me metí. Me abrió la puerta una niña hindú de unos 12 o 13 años, que había dejado sus deberes para atender el negocio. Aquí tuve que destapar mis dotes de regateador en inglés y, tras varios manotazos y chapurreos diversos, conseguí que rebajara de 70 £ a 50 £. «We won’t pay no more than 25 £ per head». Se entiende todo mejor que si estuviera bien construida la frase, ¿verdad?. ¿O está bien construida?. El caso es que la chavala fue dos veces a hablar con papá hindú, y al final cedió, nos enseñó la habitación, muy cañera, nos dió la ansiada llave y volvió a sus deberes.
El campo de batalla de mis regateos
Cena en un italiano repleto de cuadros del Giro de Italia, y copa en The William Wallace Pub, donde un grupo de aborígenes, uno de los cuales pensaba que yo era francés, querían que saliera a cantar karaoke. Ay qué gracia. No canto ni en la ducha, MacAllister. Nos bebimos el gin tonic en su cara y nos largamos. No eran gente de fiar. Au revoir.
Travis (Glasgow) – «Why Does It Always Rain On Me»
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