El libro “¿Quién cantará en tu entierro?” nace, casi fortuitamente, como un “spin off” de mi web carleso.com, en la que estáis ahora mismo. En ella me dedico, entre otras cosas de poca relevancia, a elogiar a las figuras de la música que me han marcado, celebrando sus cumpleaños (cada vez menos) u honrando sus muertes (cada vez más). A medida que me iba documentando para esto último, veía que en algunos funerales sonaban canciones o cantaban otros músicos, algo impensable para un funeral de una persona “normal” en España. Poco a poco fui recopilando músicos en cuyos funerales habían cantado otros músicos, y dándole forma fuera de la web, consultando libros, hemerotecas y blogs que me aportaran cierta fiabilidad. Cuando ya tuve una cantidad de páginas que consideré “publicable”, llamé a las puertas de varias editoriales. Aunque hubo un conato de publicación en una de ellas, la aventura no llegó a buen puerto y poco a poco fue desinflándose la ilusión. El PDF pasaría a formar parte de la carpeta «Escritos» de mi PC, y ahí sería enterrado, y nadie le cantaría.
En noviembre de 2017 fui a Trujillo, a la gala de los Premios Pop-Eye, como colaborador en en la organización y reportero informal y poco dicharachero. Uno de los premiados que estaban “a mi cargo” era Ángel Fernández, de Jot Down, quien recibía el premio a la mejor publicación del año. Era mi clavo ardiendo, y a él que me agarré, con mi habitual sutilidad: “Oye, pues tengo escrito un libro que nadie me quiere publicar. ¿Te lo envío?”. Lógicamente, no me iba a decir que no, más que nada porque aún no le había dado la cerveza helada que le había pedido en la barra. “Ya borraré tu email en cuanto lo reciba”, pensaría para sus adentros.
Transcurridos más de dos meses sin recibir noticias, cuando ya iba por el 34º formateo de mi disco duro, destruyendo todos mis escritos, me llegó un correo de Angel. “Juan Carlos, te publicamos el libro. Y Fran Matute será tu editor”. A Fran le conocí rodeado de libros, cuando le presenté la candidatura de Maleso para amenizar la primera edición de Bookstock, y la aceptó con los ojos cerrados. A partir de ahí, nos agregamos a Facebook y nos dedicamos a dar likes mutuos cada vez que uno de nosotros posteaba una canción de NRBQ.
Fran ya había leído el texto porque en el momento en que le conocí, yo repartía mi libro fotocopiado y encuadernado como si fueran los apuntes de “Derecho Romano” a todo aquél que tuviera cara de leer. Y él la tenía. Y la tiene. Así que codo con codo, Peña Bética de Tomares mediante, comenzamos a pulir el texto y a trabajar sobre él hasta conseguir darle la forma deseada. El texto final, ya adecentado, fue rematado con la portada y las ilustraciones de El Ciento, que captó a la perfección la idea que se pretendía transmitir. Tal es así que nos vinimos arriba y le pedimos más de lo acordado inicialmente («¡Queremos también a Elvis en su ataúd!»).
Para finalizar, necesitábamos un prólogo, una alfombra roja que llevase al lector a la primera página. ¿Y quién mejor que Carlos Zanón podría desplegar esa alfombra, desvelando un texto maravilloso en cada vuelta?
No me extiendo más. Sólo espero que disfrutéis con la lectura del libro tanto como yo lo he hecho escribiéndolo.
Si queréis comprarlo online, podéis hacerlo por sólo 15€ (o 25€ más la revista) en Jot Down Magazine
Gracias infinitas a Fran, Angel, Antonio J. Romero, Juan Pedro, Rakel, Martín y todos los que habéis estado implicados de alguna manera en esta aventura
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