Crónica del Primavera Sound 2007

Jueves

Sólo he ido a un PS anteriormente, en 2006, pero el jueves de 2006 no se pareció en nada al de este año. Recuerdo que el jueves anterior disfruté con MotorheadYo La Tengo entre otros, y había un público aceptable, sin agobios. En esta edición se hizo notar el tirón de Smashing Pumpkins el primer día. Pero el jueves de 2007 no fue nada especial para mi, teniendo en cuenta que me perdí a Herman DüneMelvins (pero si a mí no me gustan los Melvins!!) por un percance con mis entradas…

Totá, que lo primero que vi fueron Slint, pero como a mi no me va ese rollo, me aburrí al cabo de 5 canciones y fuimos a ver a Smashing Pumpkins, otro grupo que nunca me ha dicho gran cosa, la verdad. Pero quería darle la oportunidad de desdecirme con su directo. No fue así.

Para empezar, el atuendo con el que salió Billy Corgan ya me echó para atrás (qué poca predisposición llevaba yo, ¿no?). Pero bueno, el escenario Estrella Damm estaba hasta arriba y se hacían notar los incondicionales de Smashing Pumpkins. Bueno, pues si sumamos todos los factores de antes a un comienzo de concierto titubeante, a un sonido pésimo durante esa primera parte, y a mi (preocupante) impaciencia, me dije «Me aburro y me voy». Craso error, no por nada, sino porque adonde fui es al escenario ATP («allí toca el Mike Patton ¿?, un colgado que tocaba en Faith No More, no se qué no se cuantos…», me dijeron) . El primer gran timo del Festival. O yo no estoy para esos experimentos, o la peña tiene la cara muy dura.

Así que todas las esperanzas puestas en White Stripes. Gran puesta en escena, gran derroche de guitarras (cómo sonaba esa acústica, mare mia), gran derroche de saber rellenar un escenario, siendo sólo una persona (el batería es como el portero de un equipo de fútbol, no cuenta) y un pedazo de guitarrista que es el Jack White, de los que me gustan a mí. Aún así, me dio la impresión de que les faltó un puntito para conectar del todo con la audiencia. Sea como sea, fue un gran concierto y salvó mi jueves del naufragio.

Ya para acabar, a la zona de DJ’s, esperando a ver qué hacía Girl Talk. Y aún sigo esperando, vaya…

Viernes

Es cierto que el viernes no había cabeza de cartel. Es decir, ahí estaba ese premio vacante, como cuando enfocan la copa de la Champions League antes de la final. A ver quién se lo lleva. Pues yo creo que lo tiene que tener Jota en el salón de su casa.

Llegamos en nuestra línea, tarde, aunque a tiempo para ver a Blonde Redhead. Mucha expectación había levantado el trío, y poco había oído yo de ellos. La verdad es que no me dijeron gran cosa aunque creo que lo estaba haciendo bien, al menos el cacho que yo vi, pero eso, no me dijeron mucho, así que fui al escenario ATP a por mi dosis de rock’n’roll (yeah!).

Lo que me encontré allí fue a cuatro majaras que hicieron que me lo pasara bien un rato, The Black Lips. Me recordaron a un grupo que tuve yo a finales de los 80 (Los Calambres), y eso no es ningún elogio, créanme. Pero bueno, son malos, y ellos lo saben y lo explotan. La fuente de la cual intentan sacar agua es inmejorable. Claro que no siempre brota. Para pasar un ratito estuvieron bien. Y si hubieran sonado un pelín más fuertes no les hubiera venido nada mal. Lo que les faltó a ellos lo tenían en su escenario Half Foot Outside, quienes dieron un concierto bastante bueno. Era la primera vez que los oía y creo que van por buen camino. Un camino en el que se forman caravanas a diario, pero bueno…

Había curiosidad por ver a Beirut en directo, por ver cómo trasladaban su folk balcánico del estudio al escenario (esto ya se está pareciendo peligrosamente a Discópolis, de Radio 3!!). La verdad es que muy bien. Un combo de 7 u 8 músicos (iba a decir «dándolo todo», disculpadme) bien conjuntados evocando paisajes serbo-montenegrinos (esto me ha quedado mejor). Pero oye, al cabo de ¿cuantos?, efectivamente, 5 temas, la trompetita y eso empieza a cansar un poco. Los festivales son asín. Asín que vámonos a ver a los barbudos (para mí llevaban todos barbas desde la distancia) de Band Of Horses. No me dijeron mucho desde la distancia tampoco. Creo que incluso sonaba chungo desde la distancia. Ya se intuía que a partir de ese momento para ver algo en el escenario ATP, o cogías sitio con antelación, o, ya sabéis, desde la distancia.

Y este punto nacía el dilema. O te quedabas en ATP esperando a que salieran Modest Mouse o te ibas a ver Maximo Park, que era el presente inmediato. Como me dejaron muy buena impresión en Portugal en 2005, fui a Maximo Park. Allí tocaron en una carpa pequeña, con un ambiente denso y caldeado y con mejor vestuario, todo sea dicho. Aquí, en el escenario grande, con medio aforo. Les vino mal coincidir con Modest Mouse, pero dieron un concierto enérgico, aunque un poco lineal. Y aunque tengan un nuevo disco, siguen tirando del primero para levantar a la gente; eso no es muy buena señal. Total que llegamos al embudo del ATP cuando Modest Mouse estaba acabando y la turba empezaba a devorarnos.

¿Bueno qué? ¿Los Planetas otra vez? Caras de resignación enfilando el escenario principal. Todos hemos visto a Los Planetas alguna vez (sentencio). Yo más de una. Y cada vez me han ido gustando menos, así que no esperaba una excepción. Pero la hubo. Vaya si la hubo. Consiguieron el sonido perfecto, la iluminación perfecta y la simbiosis perfecta repertorio-público (y no me refiero a los fans, esos son para darles de comer aparte). Sólidos, lacios, contundentes, impertérritos, místicos diría yo. Grandes. Especialmente me gustó «Santos que yo te pinté». Vivan Los Planetas!! (Uy).

Después de eso sólo me dio tiempo a ver el final de Built To Spill (desde la distancia, ATP, recuerden) que, aunque no estuvo mal, intuyo que podría haber estado mucho mejor en otro escenario y a otra hora (acabo de descubrir América, ¿eh?). Me parecieron un poco desganados, la verdad.

Sábado

Vamos aligerando. El sábado, al césped directamente, que ya senotaba el cansancio. Desde allí vimos a The Long Blondes. Oye qué bien. ¿Quién toca ahora?. Y a ver cómo Grupo de Expertos Solynieve fusilaban a Gram Parsons y tributaban a Fernando Alfaro («Rifle de repetición» en plan psycho-chill-out, tonterías mías). Tuve la duda de si pisar el Auditori por primera vez en mi vida, para ver a Robyn Hitchcock, pero qué va, no pudo ser tampoco. Había ganas de coger buen sitio para ver a Patti Smith. Y lo cogimos, claro. Y menos mal que no llegamos antes, sino, los salivazos hubieran sido para nosotros. Tan punky no soy.

La poeta quiso agradar a su público de siempre, y a la vez presentar su último disco de versiones. En cuanto a lo primero, soberbia, atacó «Redondo Beach», «Free Money», «Because The Night», «Gloria», «Pissing in a river», «Because The Night», «Rock’n’roll nigger» (creo que fue la última), arengando en todo momento al personal. «Don’t be afraid. We can change this fucking world», puño en alto, saliva al aire, sudadera horrorosa, al carajo. En cuanto a las versiones nuevas, cayeron «Soul Kitchen», «Smells like teen spirit», «Are You Experienced» (esta no fui, capaz de reconocerla, lo he leído, lo reconozco), y, la mejor para mi, la tremenda «Gimme Shelter». Acabó el concierto y todos contentos. Es una leyenda ya, hace tiempo.

Tras ver el fiasco del grupo de Damon Albarn y Paul Simonon (vale, y de Tony Allen), más que nada por sentarnos un rato en las gradas, volvimos para ver Sonic Youth (no confundir con Musical Youth, los de «Pass The Dutchie»…….). Con el aforo a reventar y con la vela de fondo, se merendaron el «Daydream Nation». No sé si por estar demasiado atrás, no llegó a mí su sonido con toda la intensidad que yo esperaba. Por ejemplo, Dinosaur Jr. el año pasado en el mismo escenario me parecieron más bestias. De todos modos, no soy gran seguidor de Sonic Youth y creo que dieron un muy buen concierto. También salimos contento.

Tras relajarnos un poco escuchando a los Buzzcocks (risas histéricas) en el escenario RDL, volvimos a coger sitio para ver a Wilco. Alguno tiene que ser el grupo del momento. Unas veces ha sido Radiohead, otras REM, otras Flaming Lips, y en estos momentos, Wilco. (Y si hay alguno más capital que ellos estaré encantado de conocerlos). Vale que no sonaron fuerte, quizá ellos no querían. Lo cierto es que tampoco les hizo mucha falta. Yo hubiera agradecido un punto más en algunas fases, pero no condicionó en absoluto mi conclusión tras el concierto. Desde que empezaron con «You’re my face» (embobar a miles de personas que venían de ver a Sonic Youth con un tema country tiene mucho mérito hoy en día) hasta el «I’m a wheel» del bis bordaron el repertorio, centrado principalmente en «Sky Blue Sky», pero rematado con temas imprescindibles como «Jesus, Etc.» (momentazo), «Hummingbird» (otro punteo que va a pasar a la fase de «tarareado», si no lo ha hecho ya), «Handshake Drugs», «Via Chicago» o la eléctrica e hipnótica e interminable «Spiders». Incluso Jeff Tweedy estuvo gracioso (requirió los «oé, oé oé oé» del público, bromeó con el volumen del escenario Vueling, desde donde llegaba el tecno de los DJ’s…). Están en un momento espectacular y así nos lo hicieron ver en el Primavera Sound. Del guitarra de los pantalones rojos (Neils Cline) para qué hablar, ¿no? Todos lo vimos.

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