Guía de Escocia (VI y última, ome)

DOMINGO 21-IX-2008

STIRLING – EDIMBURGO

 

Amaneció soleado en Stirling y nos dirigimos al monumento a Mel Gibson (6,50 £), ubicado muy cerquita de donde habíamos dormido. Una torre espectacular que domina toda la ciudad y todo el valle donde tuvo lugar la famosa batalla en la que William Wallace le hizo morder el polvo a los ingleses. Otro punto de interés es el castillo de Stirling, si tienes tiempo y quieres seguir soltando libras. Como no teníamos mucho de lo primero, ni mucho de lo segundo, lo vimos por fuera, y dimos una vuelta por la ciudad antigua, y salimos para Edimburgo por nuestra A9 hacia abajo. 52 kilómetros separan ambas ciudades.

 
Monumento a William Wallace

 Tras probar en un primer B&B recomendado por la Guía  Trotamundos (el dueño nos quería cobrar 50 £ por alojarnos en un zulo que ponía PRIVATE en la puerta….), nos dirigimos a MacDonald Road, donde nos había dicho una camarera gordita que podríamos encontrar algo. Estando parados en un semáforo se nos acerca un tipo calvete con los mofletes burdeos que nos golpea en el cristal, y nos pronuncia una frase ininteligible. Abrimos el cristal para oírlo mejor, pero nada, el tipo nos repitió la frase señalando hacia abajo. «Thank You. Tu pare er carvo», le dijimos, por si las moscas, y seguimos porque el semáforo se puso en verde. A medida que reanudamos la marcha empezamos a notar algo raro. Nos miramos y nos acordamos del calvo burdeos. ¡¡Una rueda pinchada!! (Neumático se dice «tyre» en inglés, y se pronuncia táia. ¿Quién coño sabe eso? Pues eso es lo que nos dijo nuestro calvo, algo con la palabra táia). Sin poder parar en una calle bastante concurrida, seguimos nuestra marcha con la rueda pinchada hasta encontrar una zona donde parar. Todos sabéis el ruido que hace un coche con una rueda pichada. Pues así íbamos por Edimburgo, ametrallando a los peatones, con nuestra mejor sonrisa. Por fin nos salimos de la calle gorda y buscamos una menos transitada donde aparcamos el coche. ¿Cómo se cambia una rueda en Escocia? Jiju. Pensándolo estaba cuando levanté la mirada y vi, frente a mí, ¡una oficina de Europcar!. Había parado el coche en pleno Edimburgo al azar frente a una oficina de Europcar a la que le quedaban 15 minutos para cerrar (era domingo además). Miré al cielo y le dí gracias a William Wallace y a Sean Connery. Ya en la oficina, otro numerito para entendernos con el dependiente en términos mecánicos («rueda pinchada» se dice «punktured tyre», y se pronuncia pankcha táia. Tócate los huevos). Al final nos cambió el Zafira por un Skoda Octavia familiar más largo que un día sin pan. Y con nuestro cochecito nuevo encontramos un B&B a 60 £ en Macdonald Road, a 10 minutos del centro, mira tú que bien.

 

La tarde la dedicamos a ver  Edimburgo, espectacular y preñada de vida. Obligatorio el paseo por la Royal Mile, desde el Castillo hasta el Palacio de Holyrood, residencia de su graciosa majestad cada vez que va de botellón a Edimburgo. Salpicada de tiendas de souvenirs, de atracciones callejeras, de Iglesias (Catedral imponente incluida), de bares y museos, la milla real es el punto neurálgico de la ciudad y, si vas con poco tiempo como nosotros, lo más indicado para decir que «conoces» Edimburgo…

 
En la Royal Mile, tomando el fresco

El último día había que bajar desde Edimburgo a Liverpool para coger el avión de vuelta. Así que lo único reseñable fue la visita a Penny Lane, antes de soltar el coche.

 
Penny Lane is in my ears and in my eyes

 

Con éstas, se acabaron las fotos.

 

Ea, ya os dejo tranquil@s, ome.

 


Lulu (Lennoxtown) – «Leave a little love»

 

8 comentarios

  1. me encanta… me he tronchado de risa… muy bueno… x cierto dime qué bed and breakfast fue y si estaba o no apañao.. cujons!

  2. quillo,soy wallace,estoy jarto de tu guia,menos mal que ha terminao y encima,no ha sacao una foto mia.

  3. Eso, eso… tú sigue gastandote el dinero de tu Fender Jaguar por el guiri…

    Que ya te veo como a los jevis, haciendo solos con guitarras invisibles

  4. Jajaja, me parto sólo de recordarlo. Vaya suerte que tuvimos, felicidades por esta crónica-guía que nadie habría narrado mejor.
    Próxima parada….!!!

     

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