Marcel Petiot

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Marcel André Henri Félix Petiot, alias Docteur Petiot (Doctor Petiot), guillotinado el 25 de mayo de 1946 en París, fue un médico francés, que se convirtió en un asesino en serie que operaba en la Francia ocupada por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, cuyos asesinatos en París fueron descubiertos muy poco después de la liberación de París.

El colega se hacía pasar por miembro de la Resistencia francesa y atraía con engaños a opulentos judíos a su casa, haciéndoles creer que podía hacerlos salir clandestinamente del país. En lugar de eso, los asesinaba y robaba sus pertenencias, matando a 63 personas antes de que fuera finalmente atrapado. De pequeño demostró una inteligencia considerable, pero al mismo tiempo revelaba ciertas tendencias sádicas que preocupaban a quienes le rodeaban: desde sumergir las patas de su gato en un cazo de agua hirviendo hasta asfixiar a este mismo animal con sus propias manos, o torturar a otros animales sacándoles los ojos para divertirse mirando como éstos se golpeaban contra las paredes una vez ciegos (todo un reto para Hermano Mayor!!  :D) .

El 11 de marzo de 1944 la Policía acudió a casa del doctor Petiot, alertada por los atemorizados vecinos que observaban salir de la chimenea una grasienta humareda negra y un hedor insoportable.  Allí descubrieron, sin dar crédito a lo que veían, el espantoso combustible que alimentaba las llamas: un montón de cuerpos desmembrados. Se consiguieron demostrar 24 muertes pero pudieron ser muchas más en realidad. El doctor Marcel Petiot les explicó con orgullo que aquellos eran «sus» cadáveres, los restos de alemanes y colaboracionistas pro-nazis que habían sido asesinados por la Resistencia francesa y confiados a su custodia para que se deshiciese de ellos. Los agentes aceptaron la explicación y lo dejaron ir, no sin antes felicitarlo por tener esas dotes de patriotismo (palmaditas en el hombro y esas cosas).

Total, que al final, dándole vueltas al tema, la policía se dió cuenta de que Marcel les había tangado, y fueron a por él, deteniéndolo en noviembre de 1944. Su juicio comenzó el 15 de marzo de 1945, ahí se descubrió la verdadera faceta del doctor. No era un luchador clandestino por la libertad, sino un criminal totalmente degenerado.

Se le acusaba de 27 asesinatos por las evidencias de su sótano. Su hermano Maurice, quien le proporcionaba la cal, alegó que Petiot la utilizaba contra las cucarachas, pero el enorme volumen de 400 kg suministrados sirvió para inculparlo de complicidad criminal (coño, en verano proliferan las cuquis, el chaval podía querer asegurarse de tener cal suficiente. Yo no lo utilizaría como prueba…).

Mientras se hallaba detenido a la espera del juicio, Petiot en todo momento comentaba jocosamente a los guardianes de su prisión que No dejen de acudir a mi juicio, va a ser maravilloso y se va a reír todo el mundo, y nada más lejos de la realidad: ese juicio fue uno de los más surrealistas y confusos en la historia de Francia.

El 4 de abril de 1946 el Dr. Muerte fue condenado a la guillotina, pero el asesino, lejos de mostrarse asustado en el momento de su muerte dijo con más ironía que nunca a los testigos de la ejecución: «Caballeros, les ruego que no miren. No va a ser bonito.»

Que le jodan.

10 comentarios

  1. Bueno, a ver qué te tengo  preparado para el 10 de junio. Hay tiempo pa pensar…

     

    (Menos mal que no has visto el post que tengo para mañana…)

  2. Vaya historias que te sacas de la manga, tio. No vuelvo a entrar en la página en otros quince diitas.

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