Parece que en todas las quinielas se postula el británico Daniel Day Lewis como ganador al Oscar al Mejor Actor por su papel en «Pozos de ambición» (película que algún día veremos en España…)(el 15 de febrero en concreto).
La verdad es que es un tipo que cae bien, aparte de ser un tremendo actor (Quizá un poco sobreactuado. Es lo que se dice de los grandes, al fin y al cabo). Y transmite una cierta sensación de integridad y serenidad, aunque luego en el fondo igual es un cabrón. Somos tantos asín… 😉
No voy a repasar su trayectoria, pero sí un dato que muchos conoceréis, y otros no: En 1997, tras rodar «The Boxer», y en pleno auge profesional (con un Oscar ganado con el sudor de su pie izquierdo…) y personal, se retiró, exhausto del negocio, del bissness, y se marchó a Florencia a trabajar de zapatero.
No le costó mucho convencerlo a Scorsese (con quien había trabajado en «La edad de la inocencia»), Harry Weinstein(quien colaboró en la producción de «Mi pie izquierdo») y Di Caprio para que volviera a actuar, encarnando el simpático papel de Billl El Carnicero en «Gangs Of New York», para lo cual se preparó a conciencia: trabajó durante varios meses en una carnicería en Londres para aprender a cortar la carne correctamente («¿Me pone cuarto kilo de escalopines, señor Day?»)
Sinceramente, a mí que un tío para interpretar a un carnicero tenga que trabajar varios meses para «aprender a cortar la carne correctamente» me parece una gilipollez inmensa. ¿Si hace de abogado tendría que pasar por la facultad 5 años?
Mirad, es un gran actor, pero estas cosas me parecen algo así como «voy a justificar mi supercaché de cara a la galería». No es, ni será el único en hacer estas cosas.
Qué gran actor!!!! Siempre me ha encantado cómo actua y ha sido mi «amor platónico» desde tiempos que ni recuerdo.
Si que es verdad que transmite cierta humildad, honestidad y serenidad, algo insólito en este mundillo.