Miradas

Hoy al salir de la estación de autobús, caminaba delante mía una señora de unos 60 años, vestida de negro, con pinta de antigua. Caminaba unos metros delante de mí, y se cruzó con un señor negro alto, con una túnica larga, y dos muletas.

 

La señora se le quedó mirando como quien mira a una atracción de feria. Se sentía con todo el derecho de mirarle de arriba a abajo, como si hubiese pagado su entrada, como si la otra persona tuviese que asumir que por ser de otro país, negro y con túnica y muletas, esa señora tenía el derecho de examinarlo, como no haría con cualquiero otra persona. Al final, el señor negro, enojado, se le quedó mirando de igual manera, apoyado en sus muletas, pero no crean que la señora se dió por aludida. Siguió con su escrutinio mientras se alejaba de él, sin oir que este le decia: "¿Qué pasa? ¿Eh?"

 

Yo miré al colega, le miré a ella, pero era imposible decirle con mi mirada que me solidarizaba con él, y que detestaba la actitud de la tipeja que le había mirado.

 

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