Un 1 de enero de 1953, cuando contaba con 29 años, Hank Williams fue encontrado muerto en el asiento trasero de un Cadillac del 52, haciendo un viaje desde Knoxville, Tennessee hasta Canton, Ohio (como si nosotros supiéramos las distancias que hay de un sitio a otro…).
Charles Carr fue el chófer contratado para el viaje, y la persona que le descubrió rígido, muerto, al parar en una gasolinera en Oak Hill, West Virginia (vaya Nochevieja la suya…). Al parecer se había inyectado B12 y morfina antes de salir de su hotel en Knoxville. Intentaba salir del alcoholismo. Pero no lo consiguió. O sí.
En su funeral (en Montgomery, Alabama) cantaron Roy Acuff, Red Foley y Ernest Tubb (¿a que parece que sé quiénes son?).
En 2006, en la película «Crazy» Steve Vai, encarnó a Hank Williams.
Empezamos el año muy camperos. A ver cómo lo acabamos…
Grande, Mr. Hank!
Todo un maestro del gallito vocal fronterizo. Suelo escuchar a este gran artista todas las noches en mi porche, sentado en mi mecedora, mientras tomo mi café de pucherete, y fumo en mi pipa de maíz … es un momento mágico para mi, tener la tranquilidad de haber terminado una dura jornada de trabajo. Hoy sin ir más lejos he marcado 6000 reses, he ampliado el granero, arreglado el techo del cobertizo, y además acabo de matar po fin al coyote que estaba haciendo estragos en el gallinero en estas pasadas madrugadas. Pero no me importa y no me puedo quejar porque el trabajo dignifica al hombre, así que soy yo el que gano, pero sobre todo, no me quejaré mientras tenga el honor de tener a Mr. Hank Williams cantandome en mis merecidos descansos nocturnos. Gracias señor.