Guía de Berlín (V)

DÍA 5

El día 5 tocaba hacer barrido por cosas que teníamos pendientes. Aún así, se nos han quedado muchas en el tintero, que veremos en nuestra próxima visita.

Una de las cosas que queríamos ver era un edificio lleno de graffitis que aparecía en la portada de la Guía que nos llevamos a Berlín, que es el que encabeza esta entrada. Tras investigar, vimos que se hallaba en el barrio de Friedrichshain, cerca de Frankfurter Tor, donde ya estuvimos el segundo día. Por tanto, si lo queréis incluir en vuestra ruta, pasad esto al día 2, que os cogerá de camino. Para llegar allí cogimos el U5 desde Alexander Platz y nos bajamos en las torres de Frankfurter Tor. Sabíamos que estaba cerca de Boxhaneger Platz, así que caminamos  hasta allí, cinco minutos aproximadamente, recorriendo el barrio.

Kino en Friedrichshain - Guia de Berlín - Carleso

Un cine en Friedrichshain

Preguntamos a los parroquianos, pero allí nadie sabía nada. No habían visto ese edificio en su vida, y mira que tiene colorines. Total, que dando vueltas lo encontramos en Kreutziger Strasse, una oda al arte del graffiti, en el cual estoy súper versado…. Bueno, que merece la pena echarle un vistazo al edificio. Por la zona, además, hay varias muestras más de arte urbano, por si os va el rollo.

La segunda visita del día no la traíamos preparada pero fue surgiendo sobre la marcha, y era Trepower Park, donde se levanta otro memorial a los soldados soviéticos caídos en la 2GM. Para llegar allí caminamos hasta la estación de Frankfurter Allee, donde cogimos el S41 que nos iba a dejar a las puertas de Treptower Park.

El parque discurre pegado al Spree (o el Spree discurre pegado al parque, casi mejor), así que un paseíto por la ribera es la mar de agradable. Cuando nos cansamos de andar, buscamos lo que habíamos ido a ver, para lo cual tuvimos que volver sobre nuestros pasos y cruzar la carretera que corta el parque. Allí vimos un arco de piedra que marca la entrada al recinto del memorial, inaugurado en 1949 (este ya lo hicieron bien, en la zona soviética….). Silencioso, majestuoso, va uno andando hacia la estatua de la Madre Patria llorando a sus hijos, tras lo cual te encontrarás de frente, en la lejanía, con EL SOLDADO.

Flanqueado por jardines y sarcófagos que contienen a los 5.000 caídos,  al final de una gran explanada gobierna el recinto la impresionante estatua de un soldado soviético que, con la espada en la mano, protege a una niña pequeña de los Nazis, representados como una esvástica destrozada a sus pies. La estatua, realizada en bronce por el escultor Yevgeny Vuchetich (decidme dos obras más de Yevgeny), mide 12 metros de altura, y te harás una foto con ella detrás. Debajo de ella hay una especie de capilla con otro recordatorio a los caídos.

[Comentario destacado: “Hazme la foto, pero que salga el muñeco entero”]

En definitiva, un parque y un memorial que merece la pena ser visitado si estáis en Berlín.

Una de las “atracciones” que no queríamos dejar de visitar antes de irnos de la ciudad era una recorrido por los búnkeres  o refugios para civiles de la 2GM. Y teníamos el tiempo justo para ello, pero teníamos que llegar a la estación de metro de Gesundbrunner, desde donde se inician estos tours, organizados por la empresa Berlin Unterwelten, que intenta recuperar y… – a ver, cómo lo digo para que no me chirríen los oídos…- poner-en-valor el patrimonio subterráneo de Berlín, que no es poco. Pues bien, cogiendo el S42, el tranvía de circunvalación, desde Treptower Park, llegamos justo al lado de la parada de metro de Gesundbrunner (la línea U8 te lleva allí). Y justo a tiempo para el tour de las 12:30. El siguiente y último era a las 14 y si perdíamos el de las 12:30 dime tú qué hace uno una hora y media en Gesundbrunner. En Gesundbrunner nada menos. Bien, el tour que vimos, de 90 minutos de duración (11€), fue el denominado “Mundo en tinieblas”, y nos llevaron, accediendo por una puerta verde de la estación de metro, a lo que fue el único refugio para civiles que queda intacto después de la 2GM. Aunque yo esperaba bajar más y más y examinar pasadizos y recovecos (incluso encontrarme algún cadáver de la época!), la profundidad no fue tanta, menor que la de las vías del metro que iban por debajo. Pero sí fueron reveladoras las explicaciones que aportaba la guía acerca de la vida en el refugio, los protocolos a seguir bajo los bombardeos, etc… [Comentario destacado: “Vaya pepino”. Una española mirando una vitrina con munición antiaérea]. Al salir a la superficie, la ciudad seguía intacta. El bombardeo no había surtido efecto y podíamos volver a nuestra vida normal. Esto es: Alexander Platz  😀 Era nuestra última tarde y aún queríamos ver la isla de los museos de día, la nueva sinagoga, el barrio de San Nicolás, la iglesia de St. Marienkirche, comprar algunos souvenirs e ir a una tienda de ropa de segunda mano, ¿qué os parece el plan?

Tras coger el U8 allí mismo y volver a Alexander Platz, lo primero fue comer en un restaurante típico alemán, “La Vespa”. La comida alemana nos gustó bastante: pedimos tagliatelle bolognesa y fetuccini pollo mascarpone, y estaba muy rico, aunque de fondo sonaba Nicola Di Bari… Sin más demora fuimos bordeando el Spree para ver la catedral desde otra perspectiva, y para ver, – desde fuera, claro, sólo nos faltaba entrar en los museos con la agenda que teníamos… -, el Altes Museum, la National Gallery y el Pergamonmuseum. Mu bonitos. Cerca de donde estábamos se encuentra Hackescher Markt, punto neurálgico para los adictos a las compras, o sea, no para nosotros, por lo que pasamos de largo para enfilar Oranienburger Strasse y ver desde fuera la nueva sinagoga, con una cúpula espectacular, donde Albert Einstein tocó el violín una vez (el típico premio Nobel que tocaba el violín).

Dan ganas de convertirse al judaísmo. Desde Oranienburguer bajamos de nuevo, buscando la tienda Kilo, de segunda mano. Y la encontramos, no sin esfuerzo, en Alte Schonhausser, pero vaya, nada del otro mundo. En El Ropero de Sevilla hay camisas más guapas y baratas. Y ya a esas horas, de noche, con todo lo que llevábamos encima, nos quedaban pocas pilas.

Alexander Platz - Guía de Berlín - Carleso

Así que compramos algunos souvenirs y fuimos a ver lo último que nos dio tiempo y ganas, la iglesia de St. Marienkirche, justo al lado del Fernsehturm. Esta iglesia es una de las más antiguas de la capital. Fue fundada en 1260 y renovada en el siglo XIV, y…. bueno…. yo creo que ya está bien, ¿no?

 

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