Está calentita porque acaba de salir, pero a su vez es (mira que me gusta poco el adjetivo) refrescante, poque tiene reminiscencias del Brian Wilson más lúcido, incluso de Love y me resulta una canción optimista, ideal para encarar un fin de semana que amenaza con superar los 40º aquí en el sur del sur.
La canción en cuestión es «Mi rights versus yours», y es el primer corte del último trabajo de the New Pornographers (pegan en el PS 2008, ¿verdad?), titulado «Challengers».
[Si queréis descargar el disco entero en .rar, este es el enlace de rapidshare.com.}
(Gracias a elreylagarto y a Centurión Gay por su diatriba en beneficio de la comunidad)
No es Junior Murvin uno de los intérpretes de reggae más célebres. Sí lo es Lee Perry, productor, mezclador y ¿creador del dub?. Bueno, pues entre ellos dos escribieron en 1976 (yo pensaba que era un tema de los años sesenta) «Police And Thieves». El tema vendió mucho más en Inglaterra que en su país natal. 1,2,3: Jamaica.
En ese mismo año, The Clash estaban fraguando lo que sería su primer magnífico álbum, «The Clash». O sea, que no le dieron mucho descanso al tema antes de rockerizarlo con muy buen gusto e incluirlo en dicho elepé. La letra también les venía como anillo al dedo a su ideario.
«Police and thieves in the streets
Oh yeah!
Scaring the nation with their guns and ammunition
………………………..»
¿Qué pasa? ¿Mi cara a cara con la muerte me ha desposeído del rock’n’roll? ¿La mística me ha atrapado? No ome, esto ya estaba planeado. Sé que no pega en la «línea editorial» de mi web, pero me la suda un poco.
Este tema, que salió en 1977 en el LP «Cuando digo futuro» (no sé si antes ya existía en otra grabación), me sigue pareciendo soberbio. Yo creo que lo escuché por primera vez a través de mis hermanos mayores a principios de los 80, cuando el boom de la Nueva Trova Cubana. Supongo que es uno de los temas más conocidos, sino el que más, de Silvio Rodríguez. Aquí abajo cuenta él cómo compuso esa canción. (Le llamé anoche al móvil para que me lo explicara, porque tenía que rellenar el artículo de hoy. Esto es agotador)
Ojalá yo la compuse a una mujer que fue, podríamos decir, mi primer amor. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor importante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente, más culta. (….) Después estudió letras, se fue a su pueblo Camagüey, a estudiar eso y yo me quedé solo aquí en la La Habana, totalmente desolado.(…) porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro…
Hace unos años, escuchando el Ambigú de Diego Manrique (shhhhh, no se lo digáis a nadie), sonó una versión de este tema – dinamizada, rockerizada e hipervitaminada – que me gustó mucho, de un grupo cubano llamado Moneda Dura (se quedarían tan tranquilos después de bautizar al grupo y todo…). Y bueno, ahí pongo las dos versiones del tema, a ver si os gustan.
En el artículo anterior decía que me iba a la playa, que empezaba la temporada y que el primer contacto con la misma siempre es duro. Cuán ignorante era yo a esa hora (las 12 de la mañana aprox) de lo duro que iba a ser tres horas más tarde. Durísimo.
Aquí os cuento lo más fielmente posible la película de los hechos, que pudieron ser dramáticos y por suerte ahora los puedo narrar y quedarán sólo en un tremendo susto. Si queréis ponerle banda sonora a esta emotiva lectura, la canción ideal se grabó hace más de 40 años:
Tras llegar a la playa de El Palmar a eso de las 15 horas, buscar un sitito despejado y comer, decidimos ir al agua. Las fotos de este artículo las tomé minutos antes de bañarnos y se ve una playa totalmente apetecible, con el agua perfecta. Fría, eso si, un huevo, por eso me quedé fuera mojándome virilmente las palmas de los pies mientras Rakel se adentraba a duras penas.
Invitación al baño
Tras observarla un rato chapoteando, vi que se quedaba quieta mirándome, no a mucha distancia. Oía que me decía algo, y yo le hacía señas de que se saliera, que yo no iba a entrar («Me tienen que matar», es la expresión utilizada en estos casos). Así permanecimos unos minutos, hasta que oí «¡León!», de su boca, con un tinte de desesperación que noté al momento. Algo iba mal. Me metí corriendo en el agua pensando que sería un calambre o un corte de digestión. Al llegar a su altura estaba llorando: «No puedo salir», balbuceó. Vi que era grave el asunto, pero no me alarmé demasiado, poque pensaba agarrarla y sacarla nadando, aunque nunca he sacado a nadie así del agua ni soy Johnny Weismuller precisamente (no, Eric Mousambani tampoco, ome, menos guasa…). La orilla estaba cerca, no pensaba que me fuera a pasar a mi también. Empecé a nadar empujándola a ella hacia afuera, poco a poco. Intenté hacer pie, y no podía, así que seguimos nadando, aunque no parecía que avanzáramos mucho. La segunda o tercera vez que intenté hacer pie, vi que seguía igual, miré a la orilla y estaba igual o más lejos que cuando empecé. El mundo se me vino encima, y nos miramos, aterrados. No sabía cuánto tiempo llevábamos así. Tenía que coger aire. Me di la vuelta para hacer «el muerto» y se me nubló la vista.
Ese fue el momento en que pensé que iba a morir. Que íbamos a morir. Estábamos exhaustos y no podíamos avanzar. Había poca gente en la playa, y menos aún cerca del agua. Dos chavales a lo lejos, jugando.
Las perspectivas para el rescate no eran muy halagüeñas
Yo no podía gritar (ni puedo), sólo levantaba los brazos. Rakel pedía socorro. No nos veían, no nos oían. Me puse boca arriba otra vez, tragué agua. Pensé en mi madre, y en quién y cómo reocogería nuestros cuerpos, y en los titulares del periódico (sí, no pensé en Jeff Buckley ni Johnny Burnette, a ese extremo no llego). Pensé que nadie más me vería vivo. Pero sobre todo pensé en que no me pegaba morir así. (También creo que pensé en el día, 23 de junio, feo, y no me gustaba tampco. Un día más, al menos, 24, San Juan, mi santo). Supongo que nadie piensa que le pegue morir así. Ya llegamos a una edad en la que la muerte no es aquello tan impensable como e la juventud. Pero siempre pensamos en algo rápido e indoloro. Preferiblemente, durmiendo, de viejos. Pero si no, recurrimos a lo más usual: infarto, cáncer, accidente de circulación… Pero…ahogado. ¿Así iba a ser?, pensaba mientras miraba al cielo intentando mantenerme a flote, levantando un brazo de vez en cuando para acompañar a los gritos desesperados de Rakel. Volví a mirar a los chavales, a las demás personas en la playa. Ajenas, felices, mientras nuestro mundo se iba consumiendo a escasos metros de ellos. Por fin los chavales de la orilla parecieron darse cuenta de que algo pasaba (aunque eso pasó antes, y siguieron jugando, para nuestra desesperación). Esta vez sí, oyeron el «Socorro» y actuaron. Vi a uno dirigirse hacia nosotros. Intenté conservar la calma. Rakel me suplicaba que siguiera respirando, yo a duras penas lo conseguía. Pero sabía que alguien venía.
Por fin noté el brazo de una persona (con mayúsculas) agarrándome, y mi mano a su vez agarraba la de Rakel. La miré, supe que nos salvábamos. No solté su mano en ningún momento. Finalmente noté otro brazo que tiró de mi con más fuerza, de otro héroe que acabó de salvarnos. Oí estas cuatro palabras (me sonaron a gloria): «Aquí-ya-haces-pie», y me incorporé tembloroso, nervioso, mareado, recién nacido. Caminamos hasta la orilla y nos desplomamos en el suelo, volviendo a la vida.
Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Yo me siento más débil, más insignificante aún, nada frente al mundo.
En fin, que fuimos a la playa a tomar un poco el sol y volvimos más blancos aún.
Pero volvimos.
(Agradecimiento infinito a los dos héroes anónimos que nos sacaron del agua. En esos momento el ser humano vale mucho la pena. Les debemos la vida, así, como suena)
El primer contacto de la temporada con la arena, el sol y el agua helada siempe es duro.
Como dirían Undertones: Here comes the summer!!
Como diría Elvis Costello: The Other side of summer
Por cierto, tengo que elegir el día 14 de julio entre ver a Undertones en el Freek Festival en el Puerto de Santa María o a Elvis Costello en una playa de Málaga. Casualidades.
En 1980 salía el LP «Bulevar», de Burning, en el sello Belter. Su primer corte, «Es especial», sonó mucho en la radio en aquella época (yo recuerdo haberlo grabado en cinta, junto a….supongo, Tequila, Miguel Bosé, Leif Garret….).
Bien, dicho tema viene firmado por J.A.Martín / J.Casas / Cifuentes, o sea, por Burning. Hay que aclarar un par de cosas:
a) Burning probablemente «adaptaron» la canción tras oir «Give Him A Great Big Kiss», de Johnny Thunders
b) la canción «de» Johnny Thunders es una versión del tema que compuso George Shadow Morton para The Shangri-Las
Por la propiedad transitiva, Burning plagiaron a Shangri-Las.
Y no por ello menos impresionante. Dylan y Johnny Cash, las alegrías de las huertas, se emplean a fondo para que la tristeza rebose por todos los acordes de «Girl Of the North Country», en 1969.
Porque la tristeza puede ser bonita.
Well, if you’re travelin’ in the north country fair,
Where the winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.
She once was a true love of mine.
Well, if you go when the snowflakes storm,
When the rivers freeze and summer ends,
Please see if she’s wearing a coat so warm,
To keep her from the howlin’ winds.
Please see for me if her hair hangs long,
If it rolls and flows all down her breast.
Please see for me if her hair hangs long,
That’s the way I remember her best.
I’m a-wonderin’ if she remembers me at all.
Many times I’ve often prayed
In the darkness of my night,
In the brightness of my day.
So if you’re travelin’ in the north country fair,
Where the winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.
She once was a true love of mine.
Ayer releyendo mis fanzines me encontré, en uno llamado «Wah-wah», un anuncio del primer Festival de Benicassim, año 1995, cuando se celebraba en el velódromo del pueblo.
Ha llovido bastante, y la mayoría de integrantes de ese cartel ha caído en el olvido. Yo no fui a Benicassim hasta el año 2000, cuando ya estaba bastante consolidado y era el número uno en cuanto a festivales patrios (creo que por aquél entonces «competían» con Benicassim el Espárrago y Dr. Music).
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