Hace poco, no recuerdo cómo, descubrí a la fotógrafa Francesca Woodman. Y, como me llamó la atención su obra y su muerte, aquí, con la brevedad que me caracteriza, os dejo una de sus últimas frases antes de lanzarse por una ventana en Manhattan, y alguno de sus trabajos. Para profundizar más y mejor, tenéis todo el internet.
Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…
Efectivamente, murió con solo 22 años, sumida en una depresión debido a su fracaso sentimental y laboral.
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