Dan Auerbach se ha salido de los Black Keys y ha construido una locomotora pesada, sólida. Móntate en ella y llegarás a tu destino. Te lo garantizo.
Igual la primera vez te parece un viaje lento, cadencioso, acostumbrado a la velocidad de la vida moderna. Pero cuando llegues al final del viaje, te quedará la sensación de que debes montarte de nuevo. Hay algo en sus vagones que te ha atrapado, pero no sabes qué es.
Reciclando piezas en tiempos de crisis, ha aportado la estabilidad y la tracción de The Black Keys a su nueva criatura. El conductor, por supuesto, es él mismo, el propio Dan.
Curiosamente, la canción que arranca la locomotora no es la primera. Yo me entiendo. Pinchad " I Want Some More" y comprobaréis como la pesada maquinaria se pone en movimiento, cadenciosa, impregnada de blues pantanoso, sucia. Si no os molesta el coro gospel que viaja en el tercer vagón, podréis disfrutar de "Heartbroken, In Disrepair", y cerrar los ojos mientras os balancéais en vuestro asiento de lado a lado.
Si pasa un revisor con un parecido sospechoso a Tom Waits, guiñarle un ojo cómplicemente y enseñarle vuestro billete. Él a cambio os cantará la canción que le da título al disco, "Keep it hid" (era Dan disfrazado de Tom).
En fin, si os gustan los paisajes pantanosos, grasientos, crepusculares, y el hipnotismo de los lamentos que arranca el blues, disfrutaréis con este disco.
All aboard!