A sangre fría

Cuando fuimos a amordazar a Clutter y al chico, la linterna la llevaba él. Antes de que lo amordazara, Clutter preguntó, y ésas fueron sus últimas palabras, quería saber cómo estaba su mujer, si estaba bien. Y yo le dije que sí, que estaba bien, a punto de dormirse y le dije también que ya no faltaba mucho para que fuera de día, que entonces alguien los encontraría, y que a todos ellos, todo, yo y Dick y todo aquello les parecería como si lo hubieran soñado. Y no es que le estuviera tomando el pelo. Yo no quería hacerle daño a aquél hombre. A mí me parecía un señor muy bueno. De buenas palabras. Lo pensé exactamente así hasta el momento en que le abrí el cuello.

"A sangre fría" – Truman Capote (1965)

2 comentarios

  1. Dime cosas, dime cosas (hacía tiempo que no escuchaba esa expresión tan mallorquina)

    Tendré que cambiar mi revólver Colt por un AK47, que caben más muescas.

  2. que gran libro. que grande era capote.

    me alegro del triunfo en madrid, igual me uniré a tu lista de muescas a finales de octubre. te digo cosas.

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