The Long Ryders – «I Want You Bad»

Te quiero mal. Así es como yo quiero.

Retransmitiendo desde Plaza Nueva. The Long Ryders versionando esta gran canción de NRBQ. The Long Ryders, que empezaron a abrir la brecha de lo que ahora se llama "Americana" (por donde han pasado Wilco, Jayhawks, Son Volt…), y que en aquél momento (mediados de los 80) se denominó "Nuevo Rock Americano" (junto a gente como Green On Red o Dream Syndicate).

Pues aquí están, pasando un clásico pop por el tamiz de The Byrds. Hagamos un poco de justicia a The Long Ryders, ome.

I Want You Bad.

2 comentarios

  1. Diana otra vez Mr. Leon!!

    Ruta 66 fueron los que me descubrieron todas estas bandas que citas. Recuerdo que los sábados me sentía inmensamente feliz. Un par de amigos cogiendo el tren a primera hora para ir al barrio chino de Barcelona a comprar discos de grupos casi desconocidos por entonces en España. La excursión continuaba al mediodía: nos internábamos, no sin cierto temor, en las callejuelas más duras y mierdosas del Chino , donde el grito de alguna puta vieja y los viente duros que te pedía el yonki demacrado nos hacían sentir atrevidos y rockeros. Sabíamos de un bar, regentado por un jubilado (mariquita y con peluca) , y allí nos pimplábamos unos quintos mientras maquinábamos el plan de ataque para la tarde.

    De todo esto me he acordado ahora, porque en uno de esos sábados, y mientras disfrutábamos del bebercio, entró un tipo alto y delgado que, navaja en mano, amenazó al dueño , reclamandole la pasta claro.
    Aprovechando que ocupábamos la mesa más cercana a la puerta de salida, y que entonces éramos jovenes y atléticos, salimos disparados del bar. Creo que batimos el record español de los 200 metros lisos, aunque fue sólo minutos después, cuando ya estábamos fuera de territorio comanche, cuando caímos en la cuenta que olvidamos la bolsa de vinilos en el bar. Tan acojonaos estábamos que decidimos no volver nunca más al bareto del señor Pascual, y allí se quedó, entre otros, uno de The Long Ryders.

    Moraleja
    Tocar el cielo con la punta de los dedos o hundirse en el fango es lo mismo: una ilusión , un sueño.

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