Este domingo, como no había ningún plan (los besamanos ya han acabado en la capital, y los triduos no nos ponen mucho), decidimos ir a ver la Esclusa del Guadalquivir. Ya sé que es el típico plan de domingo, ponerse el chándal e irse a ver la esclusa de tu ciudad, si tu ciudad tiene río y tu río tiene esclusa.
Pues allá fuimos, perdiéndonos por carreteras inhóspitas y áridos polígonos industriales metálicos que tienen que sonar muy bien (cada vez me parezco más al Tío Tom Waits, ¿eh?). Por fin, tras descartar varios caminos erróneos, dimos con la carretera correcta y llegamos a las instalaciones.
Premio. Tras una valla metálica se encontraban las instalaciones y la caseta de la persona que se encarga de accionar las compuertas que nivelan/desnivelan el agua de la dársena y el río. Tras deambular un poco por la zona (ni un alma), se nos acercó un guarda de estos grandes, que salió de dentro de la caseta. Se pensaría que íbamos a rodar allí un video porno outdoor para colgarlo en Internet (el sitio no es malo, ¿eh?), y salió del recinto.
– ¿Qué pasa? – el 4×4 nos habló tras la verja.
– Nada, aquí, ¡viendo la esclusa! – ahora que lo pienso, la «excusa» no cuela, pero era la verdad, ome -. Es que siempre hemos tenido interés en verla y hoy hemos venido, ¿sabe usted? – empeorando las cosas, claro.
Con tal de que nos fuéramos pronto de allí, supongo, el hombre nos abrió la puerta y tuvo el detalle de dejarnos pasar a ver las instalaciones. Todo un detalle.
– Ninguna foto, ¿eh? – me dijo. Yo miré para arriba y asentí, sumiso.
Total, que vimos las enormes compuertas allí, de cerca, y tal y cual. El hombre no dejaba de mirarnos. Yo creo que aún hoy no se cree que fuimos allí a ver la esclusa. Pues fue muy interesante la visita, oigan. Lo bueno hubiera sido verla en funcionamiento, nivelándole el agua a un enorme barco mercante, pero eso ya no pudo ser.
De todo el recorrido del día, hicimos unas cuantas fotos, de estas que se llaman artísticas. (Todo esto pensando en el puto blog, a mí las fotos me dan igual, pero es que siento la presión) (Es broma ome). Podéis hacer clic sobre ellas para ampliarlas y verlas en todo su esplendor…
Grúa en el muelle |
Aquí cosía la reina sus camisetas de Kiss |
¿Qué nombre recibe esta bola? |
Una fábrica, bonita |
Rollos (I) |
Vía sin retonno |
Rollos (II) |
La fábrica de antes, bonita |
Sobre las grúas, algunos trabajillos he hecho…, pero en otra ciudad. En Sevilla hice una nave de 2500 m2 junto a la carretera de la Esclusa (y muy cerca del muelle). Por cierto el cambio de agujas ese está en la entrada de la calle que daba acceso a mi nave (le daba los guenos días a menudo…).
Ah Carlos, menos cachondeito, Noray son todos:
«En la jerga marinera, el término noray se utiliza para hacer referencia a un tipo concreto de amarre en tierra que permite fijar la embarcación.
Recibe también el nombre de bolardo (del inglés bollard).
Las gazas de los cabos de amarre se encapillan según muestra la figura (…). (encapillar por seno). Esto permite que el orden en que se desamarra sea indiferente, esto es, cualquier cabo puede ser soltado (largado) en cualquier orden, lo que facilita enormemente la maniobra de desatraque.
Nótese que si se encapillara uno a continuación del otro (sin esta ingeniosa precaución), obligaría a efectuar la maniobra en el orden inverso a la hora de zarpar.»
La de las bobinas metálicas me gustan mucho. Muy rítmica la foto.
Qué sugerente es un cambio de agujas ferroviario… qué no? cuantas veces he deseado encontrar este artilugio en una mala racha vital, de esas que solemos tener los humanos.
Que descomunal grúa portuaria. Acaso eres tú, KIKE, de esos que inventan estos monstruos de la ingeniería?
Pues estuvo entretenida la excursión….mas que la esclusa en sí, ya que sin estar en funcionamiento no tiene mucha gracia la cosa. Asín nos entretenemos los sevillanos de adopción, te puedes creer, mi arma??? Pudiendo haber estado tejiendo una bufanda pal invierno que viene 🙂
Centurión, en el post de Narrow Stairs te puse ayer 5 futbolistas, Victor Valdés entre ellos (y Pier Paolo Passolini porque se dedicó al cine, que si no…)
Tío pudiendo hacer punto de cruz, qué hacéis visitando una exclusa!!!!
Hombre, la esclusa! Una de las naves junto a los astilleros (muy cerca de la carretera que muere en la esclusa) ha sido mi centro de trabajo durante mas de un año. Gratos/ingratos recuerdos del muelle (donde almorzaba tos los días) y de los remedios (donde desayunaba…) ¡Qué bonita es Sevilla!
Ah, la bola se llama «NORAY»; lo dice un Ingeniero Técnico Naval, que algo sabe del tema.
Víctor Valdés.