JOHN CALE: En 1965 Lou Reed ya había escrito «Heroin» y «Waiting for the man». Conocí a Lou Reed en una fiesta, donde tocó esas canciones con una guitarra acústica; y no le presté demasiada atención, porque la música folk me parecía un coñazo. Odiaba a Joan Baez y a Dylan. ¡Cada canción era una maldita pregunta! Pero Lou insistió en que leyera las letras y no se parecía en nada a lo que cantaban Joan Baez y toda aquella gente.
En aquella época, yo tocaba con La Monte Young en el Dream Syndicate, y el concepto del grupo era aguantar una sola nota durante dos horas.
SUSAN PILE: La gente hacía cosas raras cuando se metían speed. Hubo un tío que apareció en el Max’s Kansas City con el brazo en cabestrillo.Todo el mundo le dijo, «¿Qué te ha pasado?».
Y él dijo, «Oh, me metí speed y no pude parar de tocarme el pelo en tres días»
IGGY POP: (Hablando de su primera mujer) Una noche se me ocurrió una idea para una canción, pero allí estaba aquella mujer en la cama. En aquel momento me di cuenta. Era imposible. Tenía que ser una cosa o la otra. O ella o mi carrera.
No creas, la quería mucho. Fue entonces cuando compuse una de mis mejores canciones, «Down on the street». Me metí en un armario con el amplificador y toqué le melodía, muy bajito. Era un ritmo tribal, intenso, sonaba bien. Entonces quise pasar a la siguiente parte de la canción, pero pensé, «Oh, no puedo hacer ruido».
Entonces pensé, «No, tío, se acabó el estar calladito».
Salí del armario y la siguiente parte de la canción era un ruido inmenso, un acorde atronador. Le di un susto de muerte a la pobre. Pero estaba bien, tenía la canción acabada. Fue un momento divertido. Al final tuve que decirle que se fuera.
BEBE BUELL: Iggy fue mi novio durante dos semanas, pero yo ya tenía novio, de modo que no podía ser mi novio oficial. Tuvimos un rollo, como se suele decir, pero a Iggy le molestaba que yo tuviese novio y viviera con él. Y me hizo cambiar el agua de la cama de agua. No me preguntes por qué.
BOB QUINE: Cuando bajé del escenario, Lou me cogió y me dijo, «eres un gran guitarrista».
Le dije, «te lo agradezco mucho porque tú me has influido mucho».
«Eso me importa un carajo», me dijo, «eres genial, y bla, bla, bla…». Pero lo que siguió fué muy desagradable.
Me dijo, «debes saber que no estás tocando con un grupo. La música es poder y dominación, deberías imponerte y hacerte con el grupo. Deberías ir al otro lado del escenario y acabar con la tristeza del guitarrista». Alguien pasó al lado de nuestra mesa y yo le miré, y entonces Lou me dijo, «maldita sea, mírame a la cara cuando te hablo o te voy a pegar una ostia».
Me puse a reir.
«No rías ni un segundo. Hablo en serio. Si vuelves a apartar la vista te suelto una ostia en la cara».
Y esto mientras me decía lo bueno que era.
JAMES GRAUERHOLZ: Al cabo de un rato, fuimos a un bar de striptease frecuentados por camioneros paletos. Iggy bebía sin parar. Y otra vez que me arrastra hasta el aparcamiento para hablar: «Tío nadie me comprende, soy muy sensible, la gente cree que soy feliz tirándome a todas esas chicas, y tomando drogas, y siendo una estrella, pero en realidad me siento solo, y necesito a alguien que estabilice mi vida, alguien como tú». Para entonces ya se había tumbado en el suelo, sobre un codo, y yo le imité, porque era Iggy Pop, de manera que estábamos los dos tumbados en el suelo del aparcamiento.
De pronto se enciende el motor del camión aparcado justo delante de nosotros y el tío empieza a dar marcha atrás hacia nosotros. Mientras Iggy lloriqueaba sobre su soledad, le cogí sin avisar y dimos cuatro vueltas sobre nosotros mismos para alejarnos del vehículo. El tío no no había visto.
Iggy se levanta y empieza a gritarle al conductor «¡Maldito cerdo, hijo de puta, casi me matas!. ¿No sabes quien soy?, podrías haber detenido la historia del rock and roll».
Este libro no tiene desperdicio, me lo estoy termiando de leer y es buenísimo.
"Oh, me metí speed y no pude parar de tocarme el pelo en tres días"
No estaban pillaos esta peña ni ná…claro que en esa época y por esos lares más de uno de nosotros hubiéramos acabado igual, jejeje.
Deberían de prohibir estos rollitos de una noche de verano entre la ópera y el R’N’R… ¿no se dan cuenta que sólo salen, fruto de estas uniones, criaturas taradas?
Son dos estilos de interpretación (según mi parecer personal e intransferible) tan diferentes… No sé, es como intentar mezclar el agua y el aceite con una batidora, el combinado sólo dura 30 segundos, ésta es la vacía ilusión mediatica del evento (¡no te pierdas el espectáculo de la década: Pavarotti y Reed cantan juntos!!!). Al rato, cuando miras de nuevo el vaso, pedes comprobar de qué se trata en realidad. Agua y aceite. No una unidad. Dos.
No te digo que no funcionen desde cero, en un proyecto nuevo que tenga las estructuras robustas, para albergar estas dos naturalezas musicales… pero por favor dejen en paz a los clásicos, que a mi me gustan sin vaselina.
Pa echarle de comer aparte.
No es que salga muy bien parado en ese libro precisamente.
Que capullito es el lou reed, compay