Aunque haya mucho de rumorología alrededor de esta historia, vamos a darla por cierta (Marianne lo afirma en su autobiografía).
Resulta que a principios de Julio de 1969, Mick Jagger fue a Australia, acompañado de su novia Marianne Faithfull, para rodar un peliculón, «Ned Kelly»…
Marianne tenía problemas con las drogas, como todo el mundo en aquella época, a lo que se sumó un bajonazo enorme por la pérdida reciente de Brian Jones. Así que decidió quitarse la vida, un día como hoy de ese año, de 1969, atiborrándose de pastillas mientras su marido encarnaba al forajido Ned. Por poco lo consigue. Pero matarse no es tan fácil.
La llevaron, rubia, guapa y mortecina, al hospital, donde pasó en coma varios días. Cuando despertó vió a Mick a su lado, con los ojos empañados en lágrimas:
– Don´t worry, love – le dijo él, en un perfecto inglés
– Wild horses couldn’t drag me away – contestó ella, dejando el TelePrograma en la mesilla.
Mick utilizó este pasaje y estas palabras para componer, junto a Keith, la gran canción que sería incluida posteriormente en «Sticky Fingers» (1971), y que hoy llevamos a vuestros hogares, oficinas y starbucks.
Este episodio supondría el fin de su relación, y el descenso de la bella Marianne a los infiernos, de los cuales resurgió, afortunadamente. Aquí abajo la podéis ver, con su voz rota, en el programa de Jools Holland, en 2009. Una monstrua.
Una entrada muy entretenida. Con dos canciones magníficas. (Vaya tela las pintas de Jagger en el video-collage de «Wild Horses», en algunas fotos va mejor vestida que la propia Marianne!)