El que fuera primer batería de la Average White Band, Robbie McIntosh, moría un día como hoy del año 1974, al confundir heroína con cocaína en una fiesta después de un concierto en el mítico Troubadour (seguramente Tom Waits rondaba por allí en aquellos momentos). Su compañero Alan Gorrie también se metió con él, pero fue salvado por Cher.
No sabemos adónde podría haber llegado un tipo que con 21 años ya tocaba en la banda de Brian Auger. Tres años más tarde dejaba las baquetas para siempre.
Como me parecen uno de los mejores grupos de funk blanco (escoceses como yo, para más señas), hoy honraremos la memoria de Robbie con un directo de 1973, «Put It Where You Want It» («Ponme hielo»). Sonaban de puta madre, la verdad.
Aunque fue el listo del dúo, el guaperas y el triunfador, lo cierto es que mayor repercusión mediática ha tenido siempre Bud Spencer. Pero los que no éramos gordos (y además éramos guapos, listos, ricos, rubios y con ojos azules) nos identificábamos en su época con su pareja de correrías, Terence Hill.
Hoy cumple 78 años el veneciano, y como yo fui un fan de «Le llamaban Trinidad» (cuando era pequeño, ome), le rescato del olvido para felicitarle.
Si echamos la vista atrás, comprobaremos el poco escrúpulo de las casas discográficas a la hora de publicar “Grandes Éxitos” de los grandes de la música, a saber: los Kinks publicaron su “The Kinks Greatest Hits” en 1966, dos años después de su debut y con solo tres discos en el mercado, Leonard Cohen publicaba “The best of Leonard Cohen” (1975) tras 8 años y 4 discos publicados, y Elvis Presley su “Elvis’ Golden Records” (1958) tras dos años y 3 discos. Maleso, al no estar sujeto al yugo de ninguna discográfica, convertido en un moderno rey Palomo quevediano, puede ahora mirar atrás y ofrecer estos números dignos de un “Grandes Éxitos” doble: 11 años de trayectoria y 10 discos publicados. Y es precisamente ahora, a finales del crítico año 2020, cuando una discográfica, Felices Años 20, de reciente creación se ha impuesto la difícil tarea de compendiar su carrera en solitario en un doble vinilo y envolverlo bajo el pincel del gran artista sevillano Miguel Brieva. Podríamos decir, por tanto: “Un regalo para los sentidos”, pero morirían tres gatitos de una tacada.
¿Quién mucho abarca poco aprieta? ¿O Martín –la persona que se esconde tras Maleso–, es capaz de abarcar y apretar a la vez? A tenor de la desenvoltura mostrada en su acercamiento al country-folk (“Lloré por ti”, “El voltio”), de lo bien que le sienta el traje de cantautor (“Oh Menaje (A Javier Krahe)”, “Futuro perfecto”, “King Kong lo pensó mejor”), de su genética popera basada en ARN mensajero (“Antidisturbia”, “Casémonos”, “Indefinido”) o rockera (“La madre de Nobita”, “Pablo Velocidad”, A mí la que me gusta es Lina Romay”), afirmamos sin rubor que Maleso abarca y aprieta.
Todos sus más deslumbrantes fracasos a lo largo de estos años, más el añadido de uno inédito, “La guillotina”, están abocados al triunfo en este “Fracasos que no me explico” (Felices Años 20, 2020).
PD: Y un tirón de orejas a los responsables por haber dejado fuera un temazo como «Bravo, Sebastián». Esperaremos a la segunda parte de «Fracasos…»
Este hombre, al que habría que hacer un monumento (si no le han hecho uno ya en West Point, Mississippi) (me encanta escribir Mississippi) (probadlo, veréis) (cuántas eses y cuántas pes). Bueno, a lo que iba, que a este prohombre, que hoy cumple 80 añitos, le debemos buena parte de la banda sonora de nuestras vidas. Al menos de la mía.
Empezando, cómo no, por su primer éxito (y a la vez, el primer éxito de la Motown en 1960. Y a la vez, una de las primeras versiones de Los Calambres) «Money (That’s What I Want)«. Aunque la canción no la escribió él, sino el Dios de la Motown, Berry Gordy, y Janine no se qué, Barret pasaría luego a formar parte de la nómina de «negros» del sello, en particular colaborando con Norman Whitfield, con quien escribió algunas de las mejores canciones de la Motown: «I Heard It Through the Grapevine» para Marvin Gaye, «War» para Edwin Starr, «Ball of Confusion (That’s What the World Is Today)» y «Papa Was a Rollin’ Stone» para The Temptations.
UNSPECIFIED – CIRCA 1970: Photo of Barrett Strong Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images
Strong recibió un Grammy a la Mejor Canción en 1973 por «Papa was a rolling stone». ¿Y qué coño nos importan a nosotros los Grammys?
Felicidades, Barret Fuertecito.
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