He dedicado estos días de asueto a buscar afanosamente un ejemplar de perro salchicha. He estado en Nueva Delhi, Vancouver, San Petesburgo, Montevideo… He pasado noches en vela, he padecido ignotas enfermedades, he conocido a personajes extraordinarios, he visto de cerca el rostro de la muerte…
Pero, al fin, mi perseverancia dió sus frutos. Encontré uno en el remoto pueblo de Cómpeta, sito en la comarca de la Axarquía, Málaga, adonde me remitió un anciano vietnamita de 98 años al que conocí en un fumadero de opio en Laos. «Sé que queda un ejemplar vivo en Cómpeta….no pierdas tiempo…», fué lo último que me dijo antes de despeñarse con su bicicleta por un barranco. Sin perder un minuto, allí me dirígí.
Aquí lo tenéis.
Quiyo! que ya te dije que había visto uno en mi pueblo. Pa qué tanto viaje, pa qué?!!!
Mortal pisha!!!….te jarta de dar vueltas por to el mundo y lo tenias al laito….mira que….es feo el mamón! ; )