31 canciones

Acabo de leerme «31 canciones», el libro de reflexiones acerca de la música y la vida de Nick Hornby (de quien ya hablé en otro artículo). Si os encanta la música (si estáis leyendo esto, es muy probable), os recomiendo su lectura. Aparte de reirte bastante, conocerás un poco más los gustos del autor de «Alta Fidelidad», y seguro que te enteras de anécdotas e historias que no conocías. No se trata de sintonizar en gustos con el autor, sino de leer sus impresiones y darse cuenta de muchas similitudes entre escritor y lector, al menos en mi caso. Bueno, os dejo unas cuantas perlas que he extraído (y he picado a mano para vosotros seis, ¿eh?….)

…un par de años después, me largué del show de Led Zeppelin en Earls Court durante una interminable extravagancia de John Paul jones con su teclado, me fui a un pub del barrio a tomar una cerveza y echar una partida de billar y volvi justo a tiempo de pillar el final y de la entrada de Jimmy Page con el arco de violín, perdiéndome así completamente «Moby Dick». No lo lamento. (No sólo no lo lamento, sino que incluso, ahora que lo pienso, aquella noche aprendí una de las lecciones más útiles de la vida, uno de los pocos consejos reales que tengo para ofrecer a las generaciones jóvenes: ¡ESTÁ PERMITIDO MARCHARSE! Desde aquella noche he saboreado ese dulce alivio cientos de veces: me he marchado de películas, espectáculos y, por supuesto, del teatro.


La magnífica versión de «Caravan» en Its Too Late To Stop Now (el álbum de Van Morrison con el que más se disfruta, sin discusión, así que ni te ocurra discutirlo) me suena como pudiera sonar sobre los títulos de crédito al final de la mejor película que hayas visto en tu vida; y si a ti algo te suena así, significa que por extensión también podrían tocarlo en tu propio funeral.


Si eres un varón blanco -especialmente un varón blanco de cuarenta y tantos-, tienes todas las probabilidades de resultar triste y previsiblemente deficiente en un área en particular: eres un pésimo bailarín. Por supuesto, no es sólo que no sepas bailar, es también que ni siquiera estás dispuesto a intentarlo a menos que estés borracho o casi borracho y a menos que estés rodeado o bien de completos desconocidos o bien de gente que conoces desde hace un mínimo de cuarto de siglo, y que también están borrachos o casi borrachos.

4 comentarios

  1. A mi me gusto el libro, cierto, pero me dio motivo a una reflexion.En varios momentos, parece como si el Hornby estuviera, no dire renegando, pero si distanciandose de lo feo, salvaje y rabioso que tiene la musica, y reivindicando unicamente la belleza de su sentido mas pop.En resumen,lo vi un poco quemao.
    Ojo, no es una critica.Mas bien un comentario de la aceptacion que, tarde o temprano,el paso del tiempo es inevitable.Como en una segunda parte de High Fidelity.El conformismo se cobra otra victima.

    Animo con tu web!!!

    Creo que me he hecho un lio, no?

  2. te aseguro que a Nick Hornby también lo expulsaría Mª Paz de clase, como a mí… 😮

  3. Pienso leerme este libro, los extractos son muy ocurrentes. No obstante no sé si fiarme de uno que estudió literatura con Mª Paz.
    Bueno yo lo hice tres cursos, así que tampoco soy ejemplo.

  4. juassss, disfruté mucho con el libro de «Alta Fidelidad», como casi siempre, mejor que la peli, y lo del pésimo bailarín lo clava.
    Lo leeré.

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